Me viene a la cabeza este texto, porque me encanta el uso del lenguaje de Cervantes. Lo de la razón despeñada desde el monte de la simplicidad es bello. Es pena, sin embargo, que uno conviva a diario con "despeñamientos" varios.
España, que otrora presumía de cultura, e incluso se reía de la falta de ella del Americano medio, (pena que eso fuera lo único en lo que creían estar por encima), se ha convertido en un páramo de estulticia. Escuchar a los políticos, ecologistas, feministas, y demás da entre pereza y pasmo. Ya no sabe uno si son tontos o se lo hacen. La mayoría de sus planteamientos están basados en imprecisiones y mentiras, cuando no en las dos. Por si ello fuera poco, uno se pregunta ¿Ahí no hay nadie que haya leído un libro? Quiero decir que la mayoría de las cosas que farfullan tienen simple y probada contestación, aunque casi nadie la aporte.